Correo del lector

Formando docentes

La investigación incorporada en el último número de la revista, titulada “Formando docentes. Una experiencia desde el constructivismo”, de Cerezo-Bautista y Hernández-Álvarez, nos motiva a reflexionar sobre nuestras prácticas pedagógicas en la enseñanza de la enfermería. Los resultados son destacables ya que confirman que la productividad en el aula se incrementa con un diseño constructivista de aprendizaje. El trabajo fue realizado con profesores de enfermería y se fundamenta en las concepciones constructivistas de Mayer. A través de un diseño descriptivo y de intervención, aplicando pre y posprueba, las investigadoras concluyen que este abordaje permitió incrementar los porcentajes de aprovechamiento del grupo de docentes participantes.

Las autoras refuerzan el trabajo del docente quien tiene que crear condiciones óptimas para que los estudiantes desplieguen una actividad mental constructiva. Fortalecen su papel de orientador y guía, minimizando el ejercicio de la autoridad y el control excesivo, favoreciendo un clima de confianza en las propias capacidades del estudiante sin penalizar sus errores. El académico debe crear incentivos para volver el estudio más racional, más sensible, a fin de ir más allá de la simple memorización. Esto demanda del profesor una actitud de apertura al cambio, donde se asuma el compromiso de trabajar con modelos de educación que potencien todas las dimensiones del estudiante, que le permitan “aprender a aprender”.

Es menester también destacar, en sintonía con las investigadoras, que en la práctica docente los académicos debemos ser coherentes y claros en nuestros principios, creencias y valores. No debe faltar la congruencia en el cumplimiento de nuestra función docente entre lo que se dice, se siente y se hace. Aspectos como el desarrollo de la autonomía, el pensamiento crítico, la capacidad de reflexión sobre uno mismo y sobre el propio aprendizaje, la motivación y responsabilidad por el estudio, la disposición para aprender significativamente y para cooperar buscando el bien colectivo, entre otras características que se asocian a los postulados constructivistas, son así mismo factores que indicarán si la educación (sus procesos y resultados) es o no de calidad. Desde esta concepción, la calidad de un proyecto curricular y de una unidad educativa se relaciona con su capacidad de atender a las necesidades especiales que plantean los estudiantes. Así, una escuela de calidad será aquella que sea capaz de atender a la diversidad de individuos que aprenden. y que ofrece una enseñanza adaptada y rica, promotora del desarrollo. El constructivismo se destaca como un paradigma educativo humanista, importante para enfermería, que estimula la creatividad y el respeto a la individualidad durante la planificación y ejecución de cualquier actividad.

La filosofía educativa que subyace a estos planteamientos indica que la institución educativa, en este caso la universidad, debe promover el doble proceso de socialización y de individualización, debe permitir a los estudiantes construir una identidad personal y profesional, en el marco de un contexto social y cultural determinado.

En un momento en el cual muchas escuelas y facultades de enfermería revisan sus currículos, reflexionan para renovarlos, perfeccionarlos y responder así a las demandas educativas y a la calidad que las universidades buscan en los procesos de acreditación o certificación, una investigación como la presentada por nuestras colegas mexicanas nos muestra evidencias que apreciamos y destacamos como un importante aporte a estos procesos y a la docencia en enfermería.

Sandra Valenzuela Suazo
Doctora en Enfermería
Directora de la revista Ciencia y Enfermería
Departamento de Enfermería
Universidad de Concepción, Chile


La toma de decisiones clínicas

Me gustaría felicitar a las colegas enfermeras y docentes de la Facultad de Enfermería de la Universidad de La Sabana por el emprendimiento en publicar una revista de nombre tan sugestivo. Aquichan (cuidado), y principalmente por ofrecer la oportunidad para que colegas de otros países escriban, tornándola una revista intercultural.

Me llamó la atención en esa edición el artículo de Campbell. “Gaining insight into student nurses’ clinical decision-making process”. Pienso que es una excelente contribución en el sentido de difundir y dar coraje a colegas para introducir actividades comoésta en las escuelas de enfermería, aún más entre los docentes que deben estar preparados para nutrir la capacidad de reflexionar, pensar, hacer juicios clínicos y tomar decisiones que sean justas, adecuadas y competentes.

La toma de decisiones clínicas es una actividad bastante popular en Estados Unidos, como la autora refiere, así como las actividades de pensamiento crítico y juicio clínico. En mi opinión, éstos son enfoques aún poco trabajados en enfermería de America Latina, pero muy necesitados.

Mi duda, talvez por falta de información, es cómo nutrir la toma de decisión clínica, o sea, cómo hacer para que los alumnos adquieran esa capacidad. Por otro lado, no me parece que haya una clara distinción entre la toma de decisiones clínicas y el juicio clínico. Por eso se necesitan más estudios.

El pensamiento crítico, en especial, cuenta con diversas estrategias para su desarrollo con los estudiantes. En Brasil, por ejemplo, ya tenemos algunos libros traducidos y algunos trabajos publicados, pero las experiencias prácticas son raras. Mi experiencia está más dirigida al desarrollo del pensamiento crítico, y tengo una especial preocupación con la práctica reflexiva, con lo que se denomina “reflexión en la acción”, que significa pensar acerca de lo que se hace en cuanto se hace.

Que todas podamos inspirarnos en estudios que utilicen tales abordajes.

Le deseo mucho éxito a la revista Aquichan.

Vera Regina Waldow
Doctora en Educación-Enfermería
Profesora Jubilada por la Escuela de Enfermeria
Universidade do Rio Grande do Sul/Porto Alegre/RS- Brasil