Actitudes frente a la muerte en un grupo de adolescentes y adultos tempranos en la ciudad de Bucaramanga1
Recibido: 11 de noviembre de 2008
Aceptado: 15 de julio de 2009
Leonardo Yovany Álvarez-Ramírez2
2 Psicólogo. Universidad Autónoma de Bucaramanga, Colombia. leonardoalvarez64@gmail.com
RESUMEN
El objetivo del presente estudio, de tipo correlacional-transversal, fue explorar las actitudes frente a la muerte y su asociación con las variables sociodemográficas: género, ocupación y estado civil. Se realizó un muestreo no probabilístico con un grupo de 150 adolescentes y 150 adultos tempranos, residentes en la ciudad de Bucaramanga, Colombia. Los encuestados habían experimentado la muerte ó la enfermedad crónica o terminal de un ser querido durante un periodo mayor de seis meses. Se utilizó el PAM-R para explorar las actitudes hacia la muerte (Alpha de Cronbach = 0,893). El procedimiento incluyó la aplicación del instrumento en sitios públicos de la ciudad previo consentimiento informado. Los datos se procesaron en el programa spss 15.0. Los resultados mostraron actitudes de miedo y aceptación de acercamiento hacia la muerte en los dos grupos. En los dos grupos se hallaron correlaciones débiles entre las actitudes frente a la muerte y la edad (r<-0,132), el nivel socioeconómico (0,013< r< -0,0181) y el nivel educativo (0,084<r<0,119). Se encontraron diferencias de género en los adultos tempranos en su actitud de aceptación de acercamiento hacia la muerte (t=3,607) con p<0,05 y en el estado civil, en evitación de la muerte (t=3,439) con p<0,05 y aceptación de escape (t=2,414) con p<0,05. Se concluye que las actitudes frente la muerte son de miedo y de aceptación y que esta ambivalencia es diferente en cada etapa evolutiva.
PALABRAS CLAVE
Actitud frente a la muerte, adolescencia, adulto, Enfermería. (Fuente: DeCs, BIREME).
Attitudes towards Death in a Group of Adolescents and Young Adults in the City of Bucaramanga
ABSTRACT
The objective of this transverse correlational study was to explore attitudes towards death and their association with several socio-demographic variables (gender, occupation and marital status). A non-probability sampling method was applied with a group of 150 adolescents and 150 young adults, all residents of the city of Bucaramanga in Colombia. Those who were surveyed had experienced the death
or chronic or terminal illness of a loved one for a period of more than six months. PAM-R was used to explore attitudes towards death (Cronbach's Alpha = 0.893). The procedure included application of the instrument at public sites in the city, with prior informed consent. The data were processed with spss 15.0 software. The results showed attitudes of fear and acceptance of impending death in both groups. The two groups showed weak correlations between attitudes towards death and age (r<-0.132), socio-economic status (0.013< r< -0.0181) and level of schooling (0.084<r<0.119). Gender differences were found among the young adults in their attitude of acceptance of impending death (t=3.607) with p<0.05 and in marital status, in avoidance of death (t=3.439) with p<0.05 and acceptance of escape (t=2.414) with p<0.05. The conclusion is that attitudes towards death are fear and acceptance, and this ambivalence is different in each stage of development.
KEY WORDS
Attitude towards death, adolescence, adult, nursing. (Source: DeCs, BIREME).
Atitudes frente à morte de um grupo de adolescentes e adultos jovens na cidade de Bucaramanga
RESUMO
Neste estudo correlacional-transversal pretende-se explorar as atitudes frente à morte e a sua associação com as variáveis sócio-demográficas de gênero, ocupação e estado civil. Foi realizada uma amostragem não-probabilística em um grupo de 150 adolescentes e 150 adultos jovens, residentes na cidade de Bucaramanga, Colômbia. Os entrevistados tinham experimentado a morte ou a doença crônica ou terminal de um ser querido em um período maior do que seis meses. Para explorar lãs atitudes ante a morte empregou-se o PAM-R (Alpha de Cronbach = 0,893). No procedimento, o instrumento se aplicou em sítios públicos da cidade, prévio consentimento informado. Os dados foram processados no programa SPSS 15.0. Os resultados revelaram atitudes de medo e aceitação de aproximação para a morte nos dos grupos. Nestes acharam-se correlações débeis entre as atitudes frente à morte e à idade (r < -0,132), o nível socioeconômico (=.013 < r < -0,0181) e o nível educacional (=, 084 < r < -0,132). Foram achadas diferenças de gênero nos adultos jovens na sua atitude de aceitação para a morte (t = 3,607), com p < 0,05, e no estado civil, na evitação da morte (t = 3,439), com p < 0,05, e aceitação de escape (t = 2,414), com p = 0,05. Conclui-se que as atitudes frente à morte são de medo e de aceitação, e que esta ambivalência é diferente em cada fase evolutiva.
PALAVRAS-CHAVE
Atitude frente à morte, adolescência, adulto, enfermagem. (Fonte: DeCs, BIREME).
Introducción
El estudio de la muerte desde una perspectiva psicológica se ha centrado históricamente en la ansiedad que los individuos experimentan ante ésta, y se ha asociado principalmente a la edad y al género (1, 2, 3). Estudios posteriores han abordado las actitudes frente a la muerte como nueva categoría psicológica, principalmente en operadores de la salud (trabajadores sociales, enfermeros, médicos) ancianos y enfermos terminales (4, 2, 5, 6).
En general, éstos confirman que el miedo generado por la muerte es uniforme durante la edad adulta, en tanto que otros han encontrado una reducción con la edad, en ese tipo de angustia; cambio que sería explicado por la concepción de muerte en las diferentes etapas del ciclo vital, lo que generaría diferentes niveles de miedo y aceptación de ésta en cada una. En particular, se encuentra que el grupo de adultos mayores está más temeroso con respecto a la muerte, por la percepción de cercanía que tienen hacia ella (1), resultados que discrepan de otros estudios (7, 8) en los que se halla menos miedo a la muerte, pues, al parecer, los ancianos aceptarían la inevitabilidad de la propia muerte en razón a que éstos son sujetos perdedores de roles, de poder, de trabajo y, en segundo lugar, a que la sociedad occidental inculca que los sujetos que llegan a una determinada edad deben estar dispuestos para morir, no percibiéndose tal suceso como algo extraño sino más bien como un cumplimiento de las propias expectativas socioculturales. A la inversa, los adultos jóvenes percibirían la muerte como una interferencia en su profesión y tareas evolutivas por cumplir.
Con respecto al género, se confirman superiores niveles de miedo a la muerte en las mujeres en comparación con los hombres, lo cual es explicado en términos de mayor expresividad emocional en ellas (9). Por su parte, Neimeyer (10) halló que las mujeres puntúan más alto en la subescala de miedo al propio proceso de morir de la escala Collett-Lester, pero no en miedo a la propia muerte, miedo a la muerte de los otros o miedo al proceso de morir de otros.
En el contexto colombiano, Uribe y Valderrama (4), en un estudio comparativo en actitudes frente a la muerte hallaron que las mujeres presentan mayores niveles en miedo a la propia muerte y evitación de la muerte en comparación con los hombres, y lo contrario en aceptación de acercamiento, actitud en la cual se encuentran niveles más altos en los hombres que en las mujeres, lo que asocian con creencias religiosas según las cuales se tiene mayor confianza en una vida feliz después de la muerte.
En relación con el estrato socioeconómico Uribe y Valderrama (4) encontraron diferencias significativas en las escalas de miedo a la muerte y aceptación de acercamiento. En función de la religión, solo hallaron diferencias significativas en la evitación de la muerte, que se relacionada con la actitud de rechazo ante el tema y toda situación, diálogo, lugar, que se asocie con el mismo.
Con respecto a la ocupación, los estudios realizados por Echeverri y Chacón (11) en población sanitaria muestran que parece haber mayor actitud de aceptación neutral en los médicos y las enfermeras, quienes aceptan la muerte como un suceso biológico en el cual se terminan las funciones vitales y con ellas finaliza la existencia.
En la escala de miedo a la muerte, los participantes manifiestan sentir principalmente inquietud o ansiedad frente al propio proceso de morir, es decir, aquel que implica la degeneración física o el dolor unido al proceso de morir; contradictoriamente, se observa que esta población manifiesta no sentir inquietud o ansiedad frente a su propia muerte, es decir, de acuerdo con los resultados, la población estudiada manifiesta mayor preocupación frente a cómo sería el propio proceso de morir, más no tanto como el hecho de la propia muerte en sí.
De acuerdo con lo anterior, las actitudes han sido una categoría psicológica poco explorada con respecto a la muerte, siendo la emoción de ansiedad asociada con la misma la más abordada por los estudios. Se plantea así la necesidad de acceder al constructo psicológico de las actitudes como factor que reviste importancia debido a que éstas mediarían los comportamientos y las posiciones afectivas que los individuos asumen ante la misma en un estado de enfermedad o en un estado de salud. Por otra parte, la realización de estudios sobre ansiedad ante la muerte y actitudes hacia la misma se ha dirigido a agentes de la salud, ancianos y enfermos terminales, dejando de lado otros grupos poblacionales no necesariamente vinculados a experiencias de enfermedad o muerte cercana, como serían los mencionados, siendo importante abordarlos desde esta perspectiva de investigación psicológica en la medida en que en Colombia las tasas por accidentes de tránsito (12) van en aumento, los homicidios —según el reporte de Medicina Legal en el 2005— (13) llegaron a 14.503 personas, las de muertes por cáncer ascendieron en 2005 a 27.785 personas. Las enfermedades crónicas con pronóstico letal cobran cada vez más vidas en la población general en el país, y su curso y desenlace, así como su asunción por los familiares o pareja de los enfermos y fallecidos introduce el tema de las actitudes hacia la muerte en ellos, quienes sufren las secuelas psicológicas y sociales de la pérdida o del deterioro premórbido y del duelo, experiencias que se hallan mediatizadas por las actitudes hacia la muerte en los individuos.
La edad se ha definido como una variable influyente en las actitudes hacia la muerte en la población, pero así mismo la resolución de las tareas evolutivas de cada ciclo del desarrollo humano que permiten un sentido de integración y tranquilidad con lo realizado en la vida.
El género muestra en las actitudes frente a la muerte una diferencia entre hombres y mujeres, sin embargo, las diferencias posibles asociadas con el estrato socioeconómico y nivel educativo no han sido asumidas por estudios correlacionales en los diferentes grupos de edad en población general, tampoco las posibles diferencias asociadas con el estado civil del individuo.
El presente estudio tiene como objetivo examinar los tipos de actitud frente a la muerte, sus posibles correlaciones con la edad, el nivel socioeconómico y educativo en cada grupo y entre ellos, y las posibles diferencias según género, estado civil y ocupación en un grupo de adolescentes y adultos tempranos en la ciudad de Bucaramanga, Colombia.
Método
El presente estudio siguió un diseño no experimental, correlacional-transversal, y un diseño muestral no probabilístico.
Participantes
Participaron dos grupos que se dividieron en dos intervalos etáreos:
Adolescentes entre los 13 y 20 años de edad, y adultos entre los 21 y 40 años de edad residentes en la ciudad de Bucaramanga.
Criterios de inclusión
Edad entre 13 a 20 años y 21 a 40 años.
Capacidad lecto-escritora básica.
Estratos socioeconómicos de 0 a 6.
Nivel educativo: primaria, secundaria, profesional.
Géneros: masculino y femenino. Ocupación: sin restricción. Estado civil: sin restricción.
Criterios de exclusión
Personas con experiencia inferior a seis meses de enfermedad terminal o muerte de un familiar o pareja.
La muestra en el primer grupo examinado fue de adolescentes en el rango de edad de 13 a 20 años, se distribuyó así: 24 participantes de 13 años (16%), 17 participantes de 14 años (11,3%), 19 participantes de 15 años (12,7%), 14 participantes de 16 años (9,3%), 23 participantes de 17 años (15,3%), 32 participantes de 18 años (21,3%), 12 participantes de 19 años (8,0%) y 9 participantes de 20 años (6,0%).
Según el estado civil, los adolescentes contactados se distribuyeron así: 4 participantes casados (2,7%), 145 participantes solteros (96,7%), y un (1) participante en unión libre (0,7%).
En la distribución de la ocupación se encuentran 131 participantes en la categoría de estudiantes (87,3%), 18 participantes en la categoría de labores no profesionales (12,0%), y no se encuentran participantes en la categoría de labores no profesionales por el rango de edad en el que se encuentran los adolescentes.
Para la muestra del segundo grupo de adultos tempranos, en el rango de edad (21 a 40 años), se encuentra una distribución así: 8 participantes de 21 años que representan el 5,3%, 13 participantes de 22 años (8,7%), 6 participantes de 23 años (4,0%), 14 participantes de 24 años (9,3%), 16 participantes de 25 años (10,7%), 14 participantes de 26 años (9,3%), 10 participantes de 27 años (6,7%), 10 participantes de 28 años (6,7%), 5 participantes de 29 años (3,3%), 10 participantes de 30 años (6,7%), 2 participantes de 31 años (1,3%), 3 participantes de 32 años (2,0%), 9 participantes de 33 años (6,0%), 3 participantes de 34 años (2,0%), 6 participantes de 35 años (4,0%), 5 participantes de 36 años (3,3%), 2 participantes de 37 años (1,3%), 4 participantes de 38 años (2,7%), 2 participantes de 39 años (1,3%), y 8 participantes de 40 años (5,3%).
En la distribución del estado civil en la muestra de adultos tempranos se presentan 40 participantes casados (26,7%), 96 participantes solteros (64,0%), 11 participantes en unión libre (7,3%) y 3 participantes divorciados (2,3%).
En la distribución de la ocupación se encuentran 27 participantes en la categoría de estudiantes (18,0%), 49 participantes en la categoría de labores profesionales (32,7%), 71 en la categoría de labores no profesionales (47,3%), y 3 desempleados (2,0%) de la muestra de adultos tempranos.
Instrumento
Para evaluar las actitudes hacia la muerte se utilizó la escala PAM-R (14). Esta escala contiene afirmaciones relacionadas con cinco tipos de actitudes y tiene un escalamiento tipo Likert, con siete opciones de respuesta que van desde totalmente en desacuerdo (1) a totalmente de acuerdo (7). Para cada tipo de actitud se puede calcular una puntuación media de la escala dividiendo la puntuación total por el número de ítems que la forman. Este instrumento consta de cinco dimensiones evaluativas (actitudes), que junto a sus ítems se hallan ordenadas así:
Componente 1: aceptación reacercamiento (4, 8, 13, 15, 16, 22, 25, 27, 28,31)
Componente 2: miedo a la muerte (1, 2, 7, 18, 20, 21,32)
Componente 3: evitación de la muerte
(3, 10, 12, 19,26)
Componente 4: aceptación de escape
(5, 9, 11, 23,29)
Componente 5: aceptación neutral (6,14, 17, 24,30)
La escala PAM-R3 (14) en sus subescalas tiene coeficientes de confiabilidad adecuados: miedo (α = 0,86), evitación (α = 0,88), neutral (α= 0,65), acercamiento (α = 0,97), escape (α = 0,84).
Procedimiento
Se estableció contacto con la población (adolescentes y adultos tempranos de Bucaramanga), seleccionados en algunos sitios de concurrencia en la cuidad (parques, centros comerciales, empresas), se seleccionaron según los criterios de inclusión y exclusión. A los participantes se les explicaron los objetivos del estudio y las instrucciones para diligenciar el instrumento; se acompañó a cada participante en el proceso de diligenciamiento del instrumento resolviendo dudas cuando fue necesario y verificando que éste se hiciera sobre la totalidad de los ítems del instrumento.
Con la información recolectada de la escala PAM-R, se procedió a tabular los datos según los cinco tipos de actitudes y las variables sociodemográficas de la investigación.
Estos datos fueron organizados previamente en tablas y matrices de datos en el programa Excel, luego se procesaron aplicando estadísticos descriptivos (medias y desviaciones típicas), y posteriormente aplicando correlaciones entre los puntajes obtenidos en cada actitud por los participantes y las variables de edad, nivel educativo y socioeconómico. Se aplicó el estadístico t de Student para las actitudes hacia la muerte en cada grupo según el género, estado civil y ocupación. Todo esto con el paquete estadístico spss, versión 15.0.
Resultados
La tabla 1 presenta los promedios de cada grupo examinado en cada tipo de actitud frente a la muerte, reflejando valores similares. En el caso de los adolescentes, la actitud hacia la muerte con mayor promedio fue la de aceptación de acercamiento (49,5ó), seguida por el miedo a la muerte (28,95), la aceptación neutral (27,02), la evitación de la muerte (21,77) y la aceptación de escape (20,94).
En el caso de los adultos jóvenes, el mayor promedio lo obtuvo la actitud de aceptación de acercamiento (51,19), seguida por la aceptación neutral (28,17), por el miedo a la muerte (2ó,03), la evitación (21,25) y la aceptación de escape (20,45). Las actitudes de miedo y aceptación de acercamiento hacia la muerte son las que predominan, coincidiendo en los adolescentes y adultos jóvenes evaluados. Estas actitudes están caracterizadas por respuestas conscientes que tiene el ser humano ante la muerte, en donde las variables mediadoras se relacionan con el temor a la pérdida de sí mismo, a lo desconocido, al más allá de la muerte, al dolor y al sufrimiento, el bienestar de los miembros supervivientes de la familia, y con una percepción de la vida como una etapa feliz, y la transición a la muerte es vista de la misma manera por los individuos. Está asociada con creencias como: "irse al cielo después de morir", "la muerte es la entrada en un lugar de satisfacción definitiva", "el cielo será un lugar mucho mejor que este mundo", "la muerte es la unión con Dios y con la gloria eterna".
Para determinar diferencias de medias significativas entre las actitudes frente a la muerte antes descritas se realizó la prueba t de Student intragrupo (adolescentes y adultos jóvenes) (tablas 2 y 3), lo cual evidenció que la actitud de miedo a la muerte y de aceptación de acercamiento son las actitudes hacia la muerte que muestran diferencias más significativas (t=10,035 y t=2ó,3ó5 con p<0,05) respectivamente, con respecto a las demás actitudes en adolescentes (tabla 2) y (t=6,053 y t=23,0ó7 con p<0,05) en adultos jóvenes.
En la tabla 4 se muestran las correlaciones entre las variables de edad, estrato socioeconómico y nivel educativo con los tipos de actitud frente a la muerte evaluados en los adolescentes. Se encuentran correlaciones negativas y positivas débiles entre las actitudes hacia muerte y estas variables socio-demográficas destacándose las de mayor intensidad, así:
Las correlaciones son: entre la actitud de miedo a la muerte y la edad (r=-0,054), entre ésta y el nivel educativo (r=-0,014), entre ésta y el estrato socioeconómico (r=-0,018). Igualmente ocurre con las actitudes de evitación de la muerte y edad (r=-0,032), entre ésta y el nivel educativo (r=0,007) y el estrato socioeconómico (r=-0,004). Con respecto a la actitud de aceptación de escape y edad la correlación es débil y negativa (r=-0,087), entre ésta y el nivel educativo (r=-0,055), entre ella y nivel socioeconómico (r=-0,072). En cuanto a las correlaciones entre actitud de aceptación de acercamiento y edad (r=-0,132), entre ésta y nivel educativo (r=-0,084) y el estrato socioeconómico (r=0,013). Finalmente, con respecto a la correlación entre la actitud de aceptación neutral y la edad (r=-0,27), entre ésta y el nivel educativo (r=0,119) y el estrato socioeconómico (r=0,118).
En la tabla 5 se muestran las correlaciones entre las actitudes frente a la muerte y las variables de edad, estrato socioeconómico y nivel educativo con los tipos de actitud hacia la muerte evaluados en los adultos tempranos. Se hallaron correlaciones negativas y positivas pero débiles entre las actitudes hacia la muerte y estas variables sociodemográficas, así:
La correlación entre la actitud de miedo a la muerte y edad fue (r=0,18ó), con el nivel educativo (r=-0,193), con el estrato socioeconómico (r=-0,080). Igualmente ocurre con las actitud de evitación de la muerte y edad, cuya correlación fue (r=0,234), entre ésta y el nivel educativo (r=-0,1ó4), y entre ésta y el estrato socioeconómico (r=-0,024). Con respecto a las correlaciones entre la actitud de aceptación de escape y edad (r=0,203), entre ésta y el nivel educativo (r=-0,319), y entre ella y nivel socioeconómico (r=-0,078). En cuanto a la correlación entre las actitudes de aceptación de acercamiento y edad (r=0,238), entre éstas y nivel educativo (r=-0,187), y entre éstas y el estrato socioeconómico (r=-0,02ó). Finalmente, con respecto a las correlaciones entre actitud de aceptación neutral y la edad (r=-0,75), entre ésta y el nivel educativo (r=-0,006), y entre ésta y el estrato socioeconómico (r=0,082).
Los resultados obtenidos con respecto a género, estado civil y ocupación, y las actitudes frente a la muerte en los adolescentes, no muestran diferencias significativas.
La tabla 6 muestra la comparación de medias de la variable género y cada uno de los tipos de actitudes frente a la muerte, las cuales, con p< 0,05, fueron inferiores a las esperadas, así: En la actitud de miedo a la muerte , t=-0,047, con (gl) = 14ó,9; en evitación de la muerte se obtuvo una t=0,31ó, con (gl) = 145,3; en aceptación de escape una t=-0,240, (gl) = 147,7; en aceptación de acercamiento una t=1,0ó1, con (gl)=145,4; en aceptación neutral una t=1,097, con (gl) = 147,9.
La tabla 7 muestra la comparación de medias de la variable estado civil y las actitudes frente a la muerte con p< 0,05 , las cuales fueron inferiores a la esperada, así: en la actitud de miedo a la muerte una t=0,78ó, con (gl)=3,202; en evitación de la muerte una t = 1,684, con (gl)=3,188; en aceptación de escape una t=-0,643, con (gl)=3,35; en aceptación de acercamiento una t=0,866, con (gl)=3,175; en aceptación neutral una t=0,329, con (gl)=3,075.
La tabla 8 presenta la comparación de medias de la variable ocupación y las actitudes frente a la muerte en el grupo de adolescentes evaluado. Con p< 0,05, se hallaron diferencias no significativas, así:
Con la actitud de miedo a la muerte se obtuvo una t=-0,186, con (gl)=22,83; con la actitud de evitación de la muerte, una t=1,684, con (gl)=3,188; con la actitud de aceptación de escape una t=-0,ó43, con (gl)=3,35; con la actitud de aceptación de acercamiento una t=0,866, con (gl)=3,175; con aceptación neutral una t=0,329, con (gl) = 3,075.
La tabla 9 muestra la comparación de medias entre los tipos de actitud frente a la muerte y el género en los adultos tempranos, las cuales con p< 0,05, fueron no significativas y por tanto inferiores a las esperadas, así:
En aceptación neutral una t=-0,454, con (gl) = 143,3; en miedo a la muerte una t=-0,837, con (gl) = 147,5; en evitación de la muerte se obtuvo una t=0,907, con (gl)=147,9; en aceptación de escape una t=0,678, con (gl) = 147,2. En el caso de la actitud de aceptación de acercamiento se obtuvo una t=3,607, con (gl)=138,4, la cual fue superior a la esperada (t=1,9ó0), lo que indica una diferencia significativa entre este tipo de actitud hacia la muerte, siendo predominante en mujeres (en hombres la media = 47,59 y en mujeres la media = 57,80).
La tabla 10 presenta los valores t de las actitudes hacia la muerte según el estado civil en la muestra de adultos tempranos evaluados con p< 0,05. Se hallaron diferencias para los casados en sus actitudes de miedo, evitación, aceptación de escape, con respecto a los solteros, y ninguna diferencia en las actitudes de aceptación de acercamiento y neutral entre casados y solteros.
La tabla 10 muestra diferencias significativas a favor de los casados en la actitud de miedo a la muerte, con una t=1,974, con (gl)= 64,0; en evitación de la muerte con una t=3,439, con (gl)= 77,2; en aceptación de escape una t=2,414, con (gl)= 69,8. Y ninguna diferencia entre casados y solteros en la actitud de aceptación de acercamiento con una t=1,437, con (gl)= 99,2, y en aceptación neutral con una t=-0,560, con (gl)= 87,9.
Entre casados y en unión libre, las actitudes no presentaron diferencias por ser las t obtenidas inferiores a las esperadas, así: en miedo a la muerte una t=-0,541, con (gl)= 18,6; en evitación de la muerte una t=1,092, con (gl)= 13,5; en aceptación de escape una t=0,045, con (gl)= 14,7; en aceptación de acercamiento una t=-0,310, con (gl)= 17,2; en aceptación neutral una t=0,2ó4, con (gl)= 12,5.
Entre solteros y en unión libre ocurrió lo mismo: en miedo a la muerte una t=-1,941, con (gl) = 12,5; en evitación de la muerte una t=-0,51ó, con (gl)= 11,ó; en aceptación de escape una t=-1,230, con (gl)= 11,7; en aceptación de acercamiento una t=-1,305, con (gl)= 15,7; en aceptación neutral una t=0,510, con (gl)= 11,5.
De la misma manera ocurrió entre las actitudes hacia la muerte de casados y divorciados: en miedo a la muerte una t=-0,327, con (gl)= 2,3; en evitación de la muerte una t=0,634, con (gl)= 2,1; en aceptación de escape una t=-1,230, con (gl)= 11,7; en aceptación de acercamiento una t=-1,001, con (gl)= 2,4; en aceptación neutral una t=0,533, con (gl)= 2,1.
También se hallaron diferencias no significativas en las actitudes frente a la muerte entre solteros y divorciados, así:
En miedo a la muerte una t=-0,935, con (gl)= 2,0; en evitación de la muerte una t=-0,029, con (gl)= 2,0; en aceptación de escape una t=0,309, con (gl) = 2,1; en aceptación de acercamiento una t=-1,ó39, con (gl)= 2,3; en aceptación neutral una t=-0,385, con (gl)= 2,1.
De la misma forma ocurrió entre las actitudes frente a la muerte entre quienes tienen uniones libres y divorciados, así: en miedo a la muerte una t=-0,059, con (gl)= 2,7; en evitación de la muerte una t=-0,168, con (gl)= 2,6; en aceptación de escape una t=0,964, con (gl)= 3,9; en aceptación de acercamiento una t=-0,729, con (gl)= 3,5; en aceptación neutral una t=-0,611, con (gl)= 3,7.
La tabla 11 presenta las diferencias en actitudes frente a la muerte de acuerdo con la ocupación en adultos tempranos; con p< 0,05, no se hallaron diferencias significativas entre estudiantes y quienes se dedican a algún oficio como se aprecia en la t obtenida así:
Para aquellos dedicados a labores no profesionales y la actitud de miedo a la muerte se halló una t=-2,641, con (gl)= 74,5; en evitación de la muerte una t=-2,857, con (gl)= 54,9; en aceptación de escape una t=-2,615, con (gl)=48,0; en aceptación de acercamiento una t=-2,211, con (gl) = 63,3; en aceptación neutral una t=-0,140; con (gl)=63,3. Entre estudiantes y labores profesionales ocurrió lo mismo, así: en miedo a la muerte una t=-1,325, con (gl)=66,6; en evitación de la muerte una t=-1,074, con (gl)=61,1; en aceptación de escape una t=-0,503, con (gl)=52,2; en aceptación de acercamiento una t=0,028, con (gl)= 61,2; en aceptación neutral una t=0,248, con (gl)=57,9. De la misma manera ocurre entre las labores profesionales y no profesionales, y las actitudes hacia la muerte, lo cual se ve representado así: en miedo a la muerte una t=-1,329, con (gl)=113,9; en evitación de la muerte una t=-1,863, con (gl)=103,7; en aceptación de escape una t=-2,586, con (gl)=107,0; en aceptación de acercamiento una t=-2,475, con (gl)=90,7; en aceptación neutral una t=-0,431, con (gl) = 114,9.
Discusión
Los tipos de actitud frente a la muerte característicos en el grupo de adolescentes fueron los de miedo y aceptación de acercamiento, lo cual coincide, en el caso de la primera, con la concepción de la muerte que se iniciaría en esta edad según la cual empezarían temores asociados con los procesos terminales, y el dolor y el sufrimiento concomitantes. Por otra parte, se avendría a lo encontrado en esta población, relacionado con una creencia después de la vida, la cual soportaría la actitud de aceptación de acercamiento (15).
Los hallazgos en los adolescentes son coincidentes en las actitudes de miedo y aceptación de acercamiento hacia la muerte de los adultos tempranos. Al respecto, los motivos de miedo para estos adultos coincidirían con lo encontrado por Feifel (7), acerca de que para ellos la muerte es percibida como algo catastrófico al imposibilitar las metas anheladas, relacionadas con la profesión y las relaciones afectivas características de esta etapa. Estos resultados refuerzan la idea de que la muerte genera diversidad de actitudes y emociones, principalmente de naturaleza aversiva, ya que supone la mayor amenaza para la vida, y específicamente el miedo a la muerte coexiste con la aceptación y el significado de la vida que los adultos dan a la misma.
Con respecto a las correlaciones entre las actitudes hacia la muerte y los niveles educativo y socioeconómico, y la edad, los resultados débiles obtenidos, ya fueran positivos o negativos, señalarían para los dos grupos estudiados que estas variables no estarían asociadas con algún o algunos tipos de actitud hacia la muerte en particular. En el caso de la edad, estos resultados difieren de estudios similares, los cuales evidenciaron la edad como relacionada con menor miedo a la muerte, aunque en adultos mayores, en los cuales las preocupaciones se relacionan con el proceso agónico, al temer quedarse indefensos y dependientes, y seguir vivos en un estado poco digno (1, 7, 6, 8). Con todo, lo que sí parece claro es que el miedo a la muerte en los adultos tempranos estaría asociado con la interrupción de sus proyectos de vida profesional, personal y familiar, en tanto que los adolescentes mantendrían un miedo relacionado con la iniciación de su camino hacia la construcción de un espacio en el mundo adulto. Referente al nivel socioeconómico, los resultados son contradictorios con otras investigaciones (4) donde se encontraron diferencias significativas entre el miedo a la muerte y la aceptación de acercamiento según el nivel socioeconómico, lo cual puede estar relacionado con las diferencias culturales dentro de cada uno de los estratos socioeconómicos, en los que los ritos, apegos, acceso a la extensión de vida, y la adaptación y preparación para las pérdidas pueden variar según el estrato.
Con relación al nivel educativo no se presentan antecedentes investigativos que expliquen la posible asociación de éste con las actitudes hacia la muerte; quizás parte de ello pueda estar relacionado con que en ningún sentido los currículos de formación para la vida se ocupan de la educación para el morir y para el afrontamiento emocional del propio deterioro de las funciones biológicas y psicosociales humanas, al menos dentro de la estructura educativa formal, quedando a merced de las representaciones que se tengan en la comunidad en la cual se vive acerca de la muerte.
Con respecto al género, los adolescentes examinados no reportaron diferencias significativas mientras que en los adultos tempranos se hallaron diferencias significativas en aceptación de acercamiento, siendo mayor en las mujeres, apoyando los hallazgos de Wong y otros (14) y de Keller, Sherry y Piotrowski (1). Estos investigadores encontraron mayor creencia en una vida feliz luego de la muerte en las mujeres. Con los otros tipos de actitudes hacia la muerte y la variable género no se presentaron diferencias significativas, lo cual es contrario a lo hallado por otros estudios (5, 14, 1, 2, 7) donde se encontraron niveles más altos de evitación de la muerte y miedo a la muerte en las mujeres en comparación con los hombres.
En relación con el estado civil son pocos los estudios que lo relacionan con la variable muerte; sin embargo, en el presente estudio se encontraron diferencias significativas entre las personas casadas y solteras con los tipos de actitudes de evitación de la muerte y aceptación de escape en la muestra de adultos tempranos, presentándose niveles más altos de estas actitudes en las personas casadas. Esto en parte resultaría atribuible a que los participantes casados, por una parte, habrían concretado una meta evolutiva importante de su vida y serían más aceptantes de la muerte que los solteros, y estos a su vez temerían la muerte por no haber concretado su meta de elección de pareja dentro de su proyecto personal.
En los análisis con la variable ocupación no se encontraron diferencias significativas entre ésta y las actitudes hacia la muerte, siendo ésta una de las variables menos exploradas en los estudios precedentes.
Conclusión
En las actitudes frente a la muerte en los adultos tempranos y adolescentes examinados éstas coincidieron en ser de miedo y aceptación, verificándose que esta ambivalencia resulta posible frente a la misma siendo los motivos diferentes en cada etapa evolutiva.
La edad, el nivel educativo y socioeconómico no parecen estar relacionados con las actitudes frente a la muerte ni de manera positiva ni de manera negativa.
En los adultos tempranos, las mujeres parecen tener mayor aceptación ante la muerte que los hombres, y en el grupo de los adolescentes no se encuentran diferencias. La ocupación no planteó diferencias de actitud entre los participantes estudiados en sus posiciones ante la muerte. Los casados muestran en este estudio mayor aceptación frente a la muerte que los solteros.
Agradecimientos
Este trabajo contó con la colaboración de Sylvia Juliana Rueda Galvis y de Laura Milena Suárez Ortíz, estudiantes de décimo semestre de Psicología, de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, Colombia.
1 Este artículo es producto del grupo Cognición en procesos psicosociales y psicoterapéuticos registrado en Colciencias y en la dirección de investigaciones de la Universidad Autónoma de Bucaramanga. Bucaramanga, Colombia. El trabajo pertenece a la línea de cognición en procesos psicosociales.
3 Este es un instrumento validado que consta de 31 ítems y responde en un continuo de escala tipo Likert el cual se administra de manera individual a los participantes. Evalúa actitudes de acercamiento, escape, neutralidad, evitación y miedo a la muerte.
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